Lunes que es Domingo

Estoy insoportable pero no es por el final de Lost. Ni mucho menos, de hecho, ha sido todo un detalle que lo hicieran coincidir con un día festivo en Barcelona. Estoy fatal porque mis hormonas están descontroladas y me siento incapaz de poner un poco de sensatez a mí estado de ánimo de hoy. Hasta tal punto estoy sensible por la regla que cuando esta mañana he intercambiado con Cirera unas frases por el chat de gmail, me he puesto a llorar como una tonta.
Después he llamado a Pruna porque sólo me apetecía hablar con ella pero acaba de volver de viaje y me ha parecido mal decirle que dejara todo y viniera a rescatarme de mí misma. Ya me las apañaré.
En estos casos esta muy claro lo que hay que hacer: Salir a correr o ponerme a limpiar así que voy a comer algo y después me pondré la limpiar los cristales o algo así.
Quizás con un poco de suerte termine el día en la Apolo escuchando The Ruby Suns o en los Renoir viendo una peli de bolleras setenteañeras, seguro que mola mucho más que la del Medem.