Una vez aprendí que todos los martes son un buen día

A la hora de comer, el alemán me ha dicho que no tenía hambre, que él podría vivir sólo con cerveza, café y cigarrillos. Le he contestado que yo no fumaba y he ido directa a un restaurante. 

Una vez allí, además de la cerveza, el cigarro y el café del final, le ha parecedo buena idea meterse entre pecho y espalda un solomillo. Y a mí también. 

Hoy he llegado antes a casa y he pensado en llamar a alguien para ir al cine pero lo he descartado (no sé por qué). Después he pensado en llamar a alguien para follar, pero también lo he descartado (esto sí sé por qué: No me apetecía correr el riesgo de un rechazo y necesito dormir sola). Finalmente me he puesto a ver un capítulo de The Big Bang Theory, otro de Lost y me ha parecido una buena idea actualizar el blog, darme una ducha e irme a leer a la cama.