Me he despertado pensando que había soñado cosas que en realidad habían sucedido

Ayer fue una noche de las que se tardan en olvidar. Me encanta cuando Radiccio y yo vamos medio borrachinas, nos abrazamos y nos decimos lo mucho que nos queremos. La cena en su casa fue muy agradable, y espero que me perdone por no tener hasta mañana su regalo de cumpleaños.

Siempre se me ha dado muy bien decir hola y muy mal decir adiós. De hecho, no tengo ni idea de hacerlo, debería poner más empeño en esas cosas pero no lo hago. Ni siquiera lo intento.

Echo de menos a Pruna aunque durante esta semana he estado bastante con ella. A veces me pregunto cómo puede tener tanta paciencia conmigo. Para intentar compensar le ofrezco todo lo que quiera coger, hasta mis calcetines.